Top 10 libros de ficción que todo sátiro o ninfa D͟E͟B͟E͟ leer:


{ADVERTENCIA: contenido apto sólo para sátiros y ninfas}:

#10. PELEANDO A LA CONTRA:

Género: Novela, relatos cortos y poemas/Autor: Charles Bukowski.

[Pasaje random del libro]:

“Tenía 50 años y no me acostaba con una mujer desde hacía cuatro. No tenía amigas. Las miraba cuando me cruzaba con ellas en la calle o donde sea que uno las viese, pero las miraba sin ningún anhelo y con una sensación de inutilidad. Me masturbaba regularmente, pero la idea de tener una relación con una mujer –incluso en términos no sexualesestaba más allá de mi imaginación.”

El autor PEOR editado de esta lista –Anagrama hace rato que nos debe un compilado con sus mejores relatos, y no esos requeches que dos por tres se le da por sacar al mercado–, Charles Bukowski se ha convertido no obstante en uno de los escritores bandera de la literatura norteamericana. “Peleando a la contra” (2006) funciona, si se quiere, como una especie de “Greatest Hits” recopilando en orden cronológico fragmentos de todas sus novelas, poesías y algunos de sus relatos más representativos. Si sos feminazi, no hay vuelta: SALÍ CORRIENDO; no te atrevas ni a mirarle la tapa a este libro; ahora, si no sufrís de ninguna psicopatología grave y te interesa saber qué hay detrás del mito de uno de los autores contemporáneos más influyentes de la literatura gringa, acá tenés un portón de entrada perfecto a su obra.

#9. EL CLUB DE LA PELEA:

Género: Novela/Autor: Chuck Palahniuk.

[Pasaje random del libro]:

“Mi padre nunca fue a la universidad, así que era realmente importante que yo fuera. Cuando terminé la universidad, lo llamé por teléfono y le pregunté: ¿Y ahora qué?
Mi padre no sabía qué responder.
Cuando conseguí trabajo y cumplí veinticinco años, lo volví a llamar y le pregunté: ¿Y ahora qué? Mi padre no sabía qué responder; así que me dijo: Cásate.
Tengo treinta años y me pregunto si de verdad lo que necesito es otra mujer.”

Narrada en un trepidante tiempo presente y sin mucho vuelo retórico de por medio, “El club de la pelea” (1996) es ya sin lugar a dudas un clásico de la literatura contemporánea. Al momento de su publicación muchos le achacaron ser un exponente de la mal llamada “masculinidad tóxica”; no obstante, otros –a los que al parecer no les dio tanta pereza sentarse a leer– se sintieron identificados con la búsqueda de identidad del “narrador”, y vieron en su exacerbado conflicto con sí mismo un reflejo exacto de la anomia social imperante en nuestros días.

No digo nada de su caústico sentido del humor, o de la capacidad de Chuck Palahniuk para generar escenas tan inquietantes como memorables (el capítulo veinte es imposible de olvidar, solo pensar en él puede provocar taquicardia y ganas de hacer algo de valor YA MISMO con tu vida).

La adaptación al cine que hizo David Fincher también está muy buena.

#8. LA FURIA:

Género: Relatos cortos/Autor: Silvina Ocampo.

[Pasaje random del libro]:

“Tuve momentos de felicidad, de fidelidad; no sé si coincidieron con los tuyos. Pero la felicidad se volvió venenosa. Con usura, contaba lo que me dabas y lo que yo te daba, queriendo siempre ganar en el cambio. Mi amor adquirió los síntomas de una locura. ¿Me afligía con razón porque realmente me engañaste? Esas cosas se saben cuando es demasiado tarde, cuando uno deja de ser uno mismo. Te amaba como si me pertenecieras, sin recordar que nadie pertenece a nadie, que poseer algo, cualquier cosa, es un vano padecimiento.”

Lo más sorprendente de algunos de estos relatos es la capacidad de la autora al momento de narrar situaciones de extrema crueldad con un tono que roza casi la indiferencia. No por nada el prestigioso crítico francés Jean Charles Gateau comentó acerca de su prosa: “Es una pluma de hierro en un guante de terciopelo”.

El conjunto de relatos que compone “La furia” fue publicado por primera vez en 1959, llegando a convertirse con el tiempo en el libro más exitoso de la menor de las hermanas Ocampo.

Treinta y cuatro inquietantes cuentos llenos de misterio y extrañeza, algunos de los más conocidos de la autora (“Mimoso”, “La casa de azúcar”, “Los sueños de Leopoldina”), mezclados con otros de talante más intimista y romántico (“La continuación”, “Carta perdida en un cajón”), todos articulándose sofisticadamente entre sí como parte de un universo literario propio, ajeno a todas las convenciones estéticas de su época.

Borges no podía parar de leerlo.

#7. VIVIR AFUERA:

Género: Novela/Autor: Fogwill.

[Pasaje random del libro]:

“No es el tipo de mina que se distrae. Algo es seguro: es gato y sabe contar. ¿Cómo se aprenderá a contar? ¿Nacerán así, sabiendo? ¿Será la histeria o algo genético? Es una lástima que estas minas que saben contar no se les cruce por la cabeza la idea de escribir. En cambio, cada vez hay más estúpidas de esta edad que quieren ser escritoras y, hablando, no pueden contar ni un accidente de tránsito.”

Descrita por su autor al momento de publicarse como «un intento de crear la novela emblemática de la década”, “Vivir afuera” (1998) es un exhaustivo retrato sociológico del Buenos Aires de mediados de los noventa. Su casi inexistente trama se estructura alrededor de las voces de cinco personajes de distinto estrato social (Wolff, el Pichi, Saúl, Mariana y Susi) quienes, desde registros netamente orales, exponen la ya por entonces cuasi-distópica coyuntura social que parece condenada a atravesar siempre la Argentina. Temas como el narcotráfico, el sida, el judaísmo, los cultos evangélicos y la sexualidad más descarnada, son tratados por el autor sin concesión alguna a los discursos políticamente correctos de hoy en día.

Feminazis abstenerse.

#6. PREGUNTALE AL POLVO:

Género: Novela/Autor: John Fante.

[Pasaje random del libro]:

“Toda la noche estuvimos llorando y bebiendo, y pude decirte borracho las cosas que me bullían del corazón, palabras impresionantes, símiles ingeniosos, porque llorabas por otro tipo y no oías nada de lo que te decía, pero yo me oía a mí mismo, y Arturo Bandini estuvo genial aquella noche, porque hablaba con su amor de verdad, que no eras tú ni Vera Rivken tampoco, sino sólo su verdadero amor.”

Novela, si se quiere, fundacional dentro del llamado “realismo sucio”, “Preguntale al polvo” (1939) tuvo una muy discreta aparición en librerías a comienzos de la segunda guerra mundial. La desfavorable coyuntura social y demás trabas editoriales hicieron de su publicación un fracaso comercial, aunque décadas más tarde se reeditaría por recomendación de nada menos que Charles Bukowski (!), siendo aplaudida de inmediato como un clásico absoluto de la literatura gringa.

En lo que refiere a su trama, “Preguntale al polvo” es la segunda parte del ciclo de novelas protagonizadas por el personaje de Arturo Bandini, un italo-americano aspirante a escritor que en su camino al éxito deberá enfrentarse a la pobreza y sordidez de Los Ángeles a principios de los años treinta.

La prosa de Fante es una de las más vitalistas que se han escrito jamás, y apenas leés un puñado de sus páginas te entran ganas de mandar todo a la mierda y probar suerte en el pantanoso terreno de la literatura. No obstante, el centro de la novela son sin lugar a dudas los altibajos sentimentales de la relación de Arturo y Camila, la atorranta pero recontra partible camarera mexicana de un restaurante infecto de L.A.

(Salma Hayek interpretó el papel de Camila en la adaptación cinematográfica:

Sin embargo, leyendo la novela yo le encuentro más bien un parecido físico a Rosenda Monteros en «Los siete magníficos»:

#5. DESAYUNO EN TIFFANY’S + TRES RELATOS:

Género: Novela y relato/Autor: Truman Capote.

[Pasaje random del libro]:

 — Es sofisticada. No obstante, tiene razón, si bien se la mira. No es falsificada, porque es una falsificación verdadera. Es decir, cree en todo ese disparate de cosas que dice. No hay forma de sacárselo de la cabeza. Yo lo intenté, incluso con lágrimas corriéndome por las mejillas. Benny Polan lo intentó. Tuvo entre ceja y ceja casarse con ella, pero a la nena no le hizo gracia. Benny gastó miles de dólares mandándola a psiquiatras. ¡Hasta a ese tan famoso que sólo habla alemán! (…) Hay muchos a quienes no les gusta. A mí sí. Me gusta, en serio. Porque soy sensible. Hay que ser sensible para apreciarla. Pero voy a ser sincero con usted: empiece a correr atrás de ella y jugarán con usted.”

Si “Desayuno en Tiffany’s” (1958) hubiera sido escrita en la actualidad, Holly Golightly sería una más de esas minitas nabas que se pasan todo el día beboteando en Instagram o prostituyéndose en un sitio de Sugar babies, subiendo a cada rato estados en TikTok, haciendo caras frente a la pantalla de un celular, posando con sus pestañas postizas e inyecciones de nocivo metacrilato aplicadas por el agujero del culo.

La novela, por suerte, fue escrita a finales de la década de los cincuenta, cuando ser mujer y vivir de tu sexualidad era algo genuinamente subversivo, y no tanto un sustituto para encubrir una falta de personalidad grave y/o habilidades.

Como si fuera poco, la edición original venía acompañada por tres de los mejores relatos jamás escritos por su autor –lo cual, siendo Capote el autor en cuestión, no es poco–: “Un recuerdo navideño”, “Una casa de flores” y “Una guitarra de diamantes”. Lamentablemente, los muchachos de Anagrama cortaron estos tres relatos de la edición en español, siendo ahora casi imposibles de conseguir en formato papel.

#4. NUEVE CUENTOS:

Género: Relatos/Autor: J.D. Salinger.

[Pasaje random del libro]:

“Sin embargo, sé porque está la página en blanco. Cuando regresaba de donde hubiera estado esa tarde –recuerdo que ya había oscurecido– me paré en la vereda y miré la vidriera iluminada de una casa de artículos ortopédicos. Entonces ocurrió algo verdaderamente horrible. Empecé a pensar que, por más que aprendiera a vivir algún día con frialdad, sensibilidad o gracia, siempre sería, en el mejor de los casos, un visitante en un jardín lleno de chatas y orinales esmaltados, donde había un maniquí ciego, de madera, con un calzón para hernia a precio rebajado.”

Entrada imprescindible en toda lista de mejor libro de relatos de la historia, “Nueve cuentos” (1953) incluye lo que para muchos es la totalidad de las obras cumbres de su autor.

Por Dios, ya de solo mirar el índice se me pone la piel de gallina: “Un día perfecto para el pez banana”, “El hombre que ríe”, “Para Esmé, con amor y sordidez”, “El periodo azul de Daumier-Smith”, “Teddy”, etc, son relatos que sin duda alguna inauguraron una nueva forma de hacer literatura “seria” entre los círculos ilustrados de Nueva York.

Los personajes de los relatos de Salinger suelen ser adolescentes o jóvenes adultos atravesando crisis de todo tipo –espiritual, sentimental, mental, etc.–, por regla general el autor cierra sus cuentos apelando al recurso de la revelación epifánica. Esto último quizás influenciado por James Joyce y su famoso ciclo de relatos “Dublineses”, libro que ahora que lo pienso quizás debería haber incluido en este listado…

#3. LA BREVE VIDA FELIZ DE FRANCIS MACOMBER:

Género: Novelita/Autor: Ernest Hemingway.

[Pasaje random del libro]:

“Míralo ahora, se dijo Wilson. Lo que pasa es que algunos siguen siendo unos niños durante mucho tiempo, se dijo Wilson. Algunos toda la vida. Siguen pareciendo unos pendejos cuando cumplen los cincuenta. El gran niño-hombre estadounidense. Qué gente tan extraña. Pero ahora ese Macomber le caía bien. Un tipo muy raro. Probablemente eso también significaría que dejaría de ser un cornudo. Bueno, eso sí que estaría bien. Eso estaría de maravilla. El tipo probablemente ha estado toda la vida asustado. No sabe cómo empezó. Pero ya lo ha superado. Con el búfalo no tuvo tiempo de asustarse. Eso y que también estaba furioso. Y el auto. Los autos te hacen sentirte más como en casa. Ahora está que se come el mundo.”

Quizás el relato de corte realista mejor escrito en toda la historia de la literatura, “La breve vida feliz de Francis Macomber” es indefectiblemente una de esas obras llamadas a cambiar la perspectiva y/o vida de quienes las leen. Todos los tópicos que Hemingway supo tratar en el resto de sus novelas y relatos aparecen sintetizados acá de manera perfecta, con una prosa plagada de simbolismos y escenas memorables, capaces de provocar –gracias a su envidiable pulso y potente ritmo– efectos de verdad físicos en sus lectores.

#2. EL SUEÑO DE LOS HÉROES:

Género: Novela/Autor: Adolfo Bioy Casares.

[Pasaje random del libro]:

“Recordó el tiempo en que apenas la conocía de vista. Nunca imaginó que iban a quererse. Clara salía con muchachos del centro, que pasaban a buscarla en automóviles. Siempre había sentido que no podía competir con ellos; pertenecía a otro mundo, ignorado y sin duda odioso; tratándola se hubiera puesto en ridículo, hubiera sufrido. Clara le había parecido una muchacha codiciable, lejana y prestigiosa, tal vez la más importante del barrio, pero fuera de alcance. Ni siquiera había tenido que renunciar a ella; nunca se atrevió a anhelarla.”

Para qué negarlo: hay experiencias que a uno lo marcan para el resto de la vida. Ahora, la existencia no se compone sólo de recuerdos, y vivir únicamente de ellos olvidando el futuro y todas sus ricas posibilidades es cuanto menos que un despropósito. “El sueño de los héroes” (1954) parece abordar este tema y muchos más en clave de relato fantástico.

La trama de la novela se ubica en Buenos Aires, entre los años 1927 y 1930. Su protagonista –Emilio Gauna–, un joven de origen modesto, gana una importante suma de dinero apostando a los caballos. Enseguida se revienta toda la guita junto a su grupo de amigos en tres noches de carnaval para el recuerdo, en el proceso convirtiéndose en el protagonista de una experiencia tal vez mágica.

Obsesionado con esto, se debatirá a lo largo de la novela entre recrear dicha experiencia o continuar su vida en pareja con Clara, la bella hija de un vidente del barrio de Saavedra.

El final de la novela, su maravilloso grado de detalle, sabiduría poética y todos los tópicos que consigue explorar casi que sin esfuerzo, hacen de ella –y esta vez cito textual a Jorge Luis Borges, que no se cansó de leerla– “la novela más linda del mundo”.

#1. ILÍADA/ODISEA:

Género: Epopeya/Autor: Homero.

[Pasaje random del libro]:

“Odiseo: «¡Ay de mí! ¿Qué hombres deben de habitar esta tierra a la que he llegado? ¿Serán violentos, salvajes e injustos, u hospitalarios y temerosos de los dioses? Desde aquí se oye el femenino griterío de jóvenes ninfas que residen en las altas cumbres de las montañas, en las fuentes de los ríos y en lugares pantanosos cubiertos de hierba. ¿Me encuentro, quizá, cerca de hombres de voz articulada? Venga, yo mismo probaré de salir e intentaré verlo».
Hablando así, el divino Odiseo salió de entre los arbustos y en la poblada selva desgajó con su fornida mano una rama frondosa con que pudiera cubrirse sus partes. Se puso en marcha de igual manera que un montaraz león, confiado de sus fuerzas, sigue andando a pesar de la lluvia o del viento, y le arden los ojos, y se echa sobre los bueyes, las ovejas o las agrestes ciervas, pues el vientre le incita a que vaya a una sólida casa e intente acometer al ganado; de tal modo había de presentarse Odiseo a las doncellas de hermosas trenzas, aunque estaba desnudo, pues la necesidad le obligaba.
Y se les apareció horrible, afeado por el sarro del mar; y todas huyeron, dispersándose por las orillas prominentes. Pero se quedó sola e inmóvil la hija de Alcínoo, porque Atenea le dio ánimo y libró del temor a sus miembros. Siguió, pues, delante del héroe sin huir; y Odiseo meditaba si convendría rogar a la doncella de lindos ojos, abrazándola por las rodillas, o suplicarle, desde lejos y con dulces palabras, que le mostrara la ciudad y le diera con que vestirse. Pensándolo bien, le pareció que lo mejor sería rogarle desde lejos con suaves frases, no fuese a irritarse la doncella si le abrazaba las rodillas. Y al rato pronunció estas dulces e insinuantes palabras:
«¡Yo te imploro, oh, reina, seas diosa o mortal! Si eres una de las deidades que poseen el anchuroso cielo, te hallo muy parecida a Ártemis, hija del gran Zeus, por tu hermosura, por tu grandeza y por tu aire; y si naciste de los hombres que moran en la tierra, dichosos mil veces tu padre, tu veneranda madre y tus hermanos, pues su espíritu debe de alegrarse intensamente cuando ven a tal retoño salir a las danzas. Y dichosísimo en su corazón, más que otro alguno, quien consiga, destacando por la esplendidez de sus donaciones nupciales, llevarte a su casa por esposa. Nunca se ofreció a mis ojos un mortal semejante, ni hombre ni mujer, y me he quedado atónito al contemplarte. Solamente una vez vi algo que se te pudiera comparar en un joven retoño de palmera, que creció en Delos, junto al altar de Apolo (estuve allá con numeroso pueblo, en aquel viaje del cual habían de seguírseme funestos males): de la suerte que a la vista del retoño me quedé estupefacto mucho tiempo, pues jamás había brotado de la tierra un tallo como aquel; de la misma manera te contemplo con admiración, oh, mujer, y me tienes absorto y me infunde miedo abrazar tus rodillas, aunque estoy abrumado por un pesar muy grande. Ayer pude salir del vinoso mar, después de veinte días de permanencia en el ponto, en el cual me vi a merced de las olas y de los veloces torbellinos desde que abandoné la isla Ogigia; y algún dios me ha echado acá, para que padezca nuevas desgracias, que no espero que estas se hayan acabado: antes los dioses deben de prepararme otras muchas todavía. Pero tú, oh, reina, apiádate de mí, ya que eres la primera persona a quien me acerco después de soportar tantos males y me son desconocidos los hombres que viven en la ciudad y en esta comarca. Muéstrame la población y dame un trapo para atármelo alrededor del cuerpo, si al venir trajiste alguno para envolver la ropa. Que los dioses te concedan cuanto en tu corazón anheles: marido, familia y feliz concordia, pues no hay nada mejor ni más útil que el que gobiernen en casa el marido y la mujer con ánimo concorde, lo cual produce gran pena a sus enemigos y alegría a los que los quieren, y son ellos los que más aprecian sus ventajas».”

Polvo, sangre, batallas épicas, desmembramiento de extremidades; escenas conmovedoras, cargadas de sentimiento, tan bien detalladas en el plano físico que por momentos dudás que Homero haya sido de verdad ciego. La “Ilíada/Odisea” es la primer y mejor novela en toda la historia de la literatura universal. ¿Hace falta decir más? Game of Thrones es un poroto al lado de esto…

Aprovechen para leerla ahora, antes de que los talibanes de la izquierda cultural la prendan fuego.

Felipe Villamayor.


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