
#15. La sociedad industrial y su futuro

Autor: Theodore John Kaczynski.
Año de publicación: 1995.
Pasaje representativo: «El izquierdista no es típicamente la clase de persona de la que sus sentimientos de inferioridad hacen de ella un bravucón, un egoísta, un valentón, un promotor de sí mismo, un competidor cruel. Esta clase de persona no ha perdido totalmente su confianza. Tiene un déficit en su sentido de poder y en su valor, pero aún se puede concebir teniendo la capacidad para ser fuerte, y sus esfuerzos por fortalecerse producen su comportamiento desagradable. Alegamos que TODOS, o casi todos, los fanfarrones y los competidores despiadados sufren sentimientos de inferioridad. Pero el izquierdista está demasiado lejos para eso. Sus sentimientos de inferioridad están tan arraigados que no puede concebirse como un individuo fuerte y valioso. De ahí el colectivismo del izquierdista: sólo puede sentirse fuerte como miembro de una organización grande o un movimiento de masas con el cual identificarse».
Dónde encontrarlo: https://essentialinstitute.org/uploads/2_i_3_Theodore_Kaczynski_Manifiesto_de_Unabomber.pdf
#14. El crepúsculo de los ídolos

Autor: Friedrich Nietzsche.
Año de publicación: 1889.
Pasaje representativo: «Mi concepto de libertad. El valor de una cosa reside en ocasiones no en lo que se alcanza con ella, sino en lo que se paga por ella, en lo que nos cuesta. Voy a poner un ejemplo. Las instituciones liberales dejan de ser liberales tan pronto han sido alcanzadas: después de ese momento no hay nada que dañe más y más a fondo a la libertad que las instituciones liberales. Ya se sabe qué acarrean: minan la voluntad de poder, son la nivelación de montaña y valle elevada a la categoría de moral, hacen pequeño, cobarde y voluptuoso, con ellas triunfa cada vez el animal gregario. Liberalismo: dicho con más claridad, gregarización… Mientras todavía se está luchando por ellas, esas mismas instituciones producen efectos enteramente distintos; en verdad, fomentan entonces la libertad de forma poderosa. Vistas las cosas más de cerca, es la guerra la que produce esos efectos, la guerra por instituciones liberales, que, en su calidad de guerra, hace que duren los instintos no liberales. Y la guerra educa para la libertad. Pues ¡qué es libertad! Tener la voluntad de la propia responsabilidad. Mantener la distancia que nos separa. Volverse más indiferente a la fatiga, a la dureza, a las privaciones, incluso a la vida. Estar dispuesto a sacrificar personas a la propia causa, sin descontarse uno mismo. Libertad significa que los instintos varoniles, los instintos que disfrutan con la guerra y la victoria, tienen el dominio sobre otros instintos, por ejemplo sobre los de la «felicidad». El hombre que ha llegado a ser libre, y tanto más el espíritu que ha llegado a ser libre, pisotea el despreciable tipo de bienestar con el que sueñan tenderos, cristianos, vacas, mujeres, ingleses y otros demócratas. El hombre libre es guerrero. ¿Con arreglo a qué se mide la libertad, tanto en los individuos como en los pueblos? Con arreglo a la resistencia que hay que superar, con arreglo al esfuerzo que cuesta mantenerse arriba. El más alto tipo de hombres libres se tendría que buscar allí donde constantemente se supere la más alta resistencia: a cinco pasos de la tiranía, justo al lado del umbral del peligro de la servidumbre. Esto es psicológicamente verdadero, si aquí se entiende por «tiranos» instintos inexorables y terribles que suscitan el máximo de autoridad y rigor hacia uno mismo: su más bello tipo es Julio César; esto es también políticamente verdadero, con solo que se haga un recorrido por la historia. Los pueblos que valieron algo, que llegaron a valer algo, no lo llegaron a valer nunca bajo instituciones liberales: el gran peligro hizo de ellos algo que merece veneración, el peligro, que es lo primero que nos hace conocer nuestros recursos, nuestras virtudes, nuestra defensa y nuestras armas, nuestro espíritu, que nos constriñe a ser fuertes… Primer principio: hay que necesitar ser fuerte: de lo contrario, nunca se llegará a serlo. Aquellos grandes invernaderos para el tipo fuerte, para el más fuerte tipo de hombre que ha habido hasta ahora, las repúblicas aristocráticas del tipo de Roma y Venecia, entendían la libertad justo en el sentido en que yo entiendo la palabra libertad: como algo que se tiene y que no se tiene, que se quiere, que se conquista…»
Dónde encontrarlo: https://ministeriodeeducacion.gob.do/docs/biblioteca-virtual/VupP-nietzsche-friedrich-el-crepusculo-de-los-idolospdf.pdf
#13. Cabalgar el tigre

Autor: Julius Evola.
Año de publicación: 1961.
Pasaje representativo: «Todo lo que ha terminado por prevalecer en el mundo moderno, representa la exacta antítesis del tipo tradicional de civilización. Y la experiencia muestra, de una forma cada vez más evidente, cómo partiendo de los valores de la Tradición (admitiendo que haya alguien que hoy sepa todavía reconocerlos y asumirlos), es muy probable que se pueda, mediante acciones o reacciones eficaces, modificar de una forma apreciable el actual estado de cosas. No parece que tras los últimos trastornos mundiales, ni las naciones, ni tampoco la gran mayoría de individuos, las instituciones y las condiciones generales de la sociedad, así como las ideas, los intereses y las fuerzas que predominan en esta época, puedan servir de palancas para una acción de este género.
Hay, sin embargo, algunos hombres que permanecen, por así decirlo, de pie entre las ruinas, en medio de esta disolución y que, más o menos conscientemente, pertenecen a este otro mundo. Una pequeña tropa parece dispuesta a combatir aún en posiciones perdidas. Cuando no se doblega, cuando se niegan a compromisos o a dejarse seducir por aquello que podría asegurarles algún éxito, entonces su testimonio es válido…»
Dónde encontrarlo: https://pdfcoffee.com/qdownload/evola-julius-cabalgar-el-tigre-pdf-free.html
#12. Reflexiones sobre la revolución francesa

Autor: Edmund Burke.
Año de publicación: 1790.
Pasaje representativo: «Creedme, señor mío, los que pretenden nivelar solo quieren igualarse con los superiores. En todas las sociedades que necesariamente se compongan de diferentes clases de ciudadanos, debe haber una que domine: de ahí es que los niveladores no hacen más que mudar e invertir el orden natural de las cosas; y recargar el edificio de la sociedad, colocando en lo alto lo que la solidez de la construcción exige que se sitúe en la base. Los gremios de sastres y de carpinteros, por ejemplo, de los que se compone la república de París, no pueden quedar bien colocados en la situación a la que probáis reducirlos, mediante la usurpación de prerrogativas naturales, que es la peor de todas las usurpaciones. El canciller de Francia, en la apertura de los estados generales, dijo con la floreada elegancia de un orador que todas las profesiones eran honrosas. Si quiso decir solamente que ninguna ocupación honesta era infame, no ha dicho más que la verdad; pero cuando afirmamos que algo es honorable implicamos que goza de alguna distinción. La ocupación de peluquero o de vendedor de velas de sebo, no puede ser para ningún hombre un manantial de honor. El estado no debe oprimir a esta clase de hombres; pero el estado sufriría una muy grande opresión si a esta clase de hombres, tales cuales son colectiva o individualmente, les permitiera el ejercicio del gobierno. Vosotros habéis conseguido declarar la guerra a la naturaleza».
Dónde encontrarlo: https://clasicoshistoria.blogspot.com/2016/10/edmund-burke-reflexiones-sobre-la.html
#11. Ficciones

Autor: Jorge Luis Borges.
Año de publicación: 1944.
Pasaje representativo: «Tenía escasamente veinte años. Era flaco y fofo a la vez; daba la incómoda impresión de ser invertebrado. Había cursado con fervor y con vanidad casi todas las páginas de no sé qué manual comunista; el materialismo dialéctico le servía para cegar cualquier discusión. Las razones que puede tener un hombre para abominar de otro o para quererlo son infinitas: Moon reducía la historia universal a un sórdido conflicto económico. Afirmaba que la revolución está predestinada a triunfar. Yo le dije que a un gentleman sólo pueden interesarle causas perdidas… Ya era de noche; seguimos disintiendo en el corredor, en las escaleras, luego en las vagas calles. Los juicios emitidos por Moon me impresionaron menos que su inapelable tono apodíctico. El nuevo camarada no discutía: dictaminaba con desdén y con cierta cólera».
Dónde encontrarlo: https://ddooss.org/libros/Jorge_Luis_Borges_ficciones.pdf
#10. Viaje al final de la noche

Autor: Louis-Ferdinand Céline.
Año de publicación: 1932.
Pasaje representativo: «¡Ah si yo hubiera encontrado a Molly un poco antes, cuando todavía era tiempo de tomar un camino seguro, antes de haber perdido mi entusiasmo en aquella zorra de Musyne y en esa pícara de Lola! Ya en aquel momento resultaba imposible volver a hacerse una juventud. Yo no creía ya en nada de nada. Uno se vuelve rápidamente viejo, y de manera irremediable, además. Y uno se da cuenta de la manera como aprendió a amar su desgracia a pesar de uno mismo. En realidad, la naturaleza es más fuerte que uno. Eso es todo. Ella nos clasifica en un género, y nadie puede salir de allí, haga lo que haga. A mí me había lanzado en una dirección de inquietud. Uno empieza suavemente a cumplir su papel y su destino con toda seriedad. Y lo peor es que no nos damos cuenta de ello. Después, cuando uno vuelve la mirada hacia atrás, resulta demasiado tarde para poder cambiar. Ya nos ponemos inquietos, y así continuaremos hasta el final.
Molly trataba de retenerme a su lado de la manera más delicada.
Trataba de disuadirme de mis ideas…»
Dónde encontrarlo: https://desarmandolacultura.files.wordpress.com/2018/04/celine-louis-ferdinand-viaje-al-fin-de-la-noche-doc.pdf
#9. Manifiesto futurista

Autor: Filippo Tommaso Marinetti.
Año de publicación: 1909.
Pasaje representativo: «IX. Queremos glorificar la guerra —única higiene del mundo— el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las bellas ideas que matan y el desprecio a la mujer.
X. Queremos demoler los museos, las bibliotecas, combatir el moralismo, el feminismo y todas las cobardías oportunistas y utilitarias.
XI. Cantaremos a las grandes muchedumbres agitadas por el trabajo, el placer o la rebeldía, las resacas multicolores y polífonas de las revoluciones en las capitales modernas: la vibración nocturna de los arsenales y de los almacenes bajo sus violentas lunas eléctricas, las estaciones ahítas, pobladas de serpientes atezadas y humosas, las fábricas suspendidas de las nubes por el bramante de sus chimeneas; los puentes parecidos al salto de un gigante sobre la cuchillería diabólica y mortal de los ríos, los barcos aventureros olfateando siempre el horizonte, las locomotoras en su gran chiquero, que piafan sobre los raíles, bridadas por largos tubos fatalizados, y el vuelo alto de los aeroplanos, en los que la hélice tiene chasquidos de banderolas y de salvas de aplausos, salvas calurosas de cien muchedumbres».
Dónde encontrarlo: https://arteydisegno.files.wordpress.com/2010/02/manifiesto-futurista-1909.pdf
#8. París era una fiesta

Autor: Ernest Hemingway.
Año de publicación: 1964.
Pasaje representativo: «He empezado muchas veces a escribir un cuento sobre carreras de bicicletas, pero nunca me ha salido ninguno que fuera tan bueno como son las carreras, las de velódromo cubierto o al aire libre tanto como las de carretera. Pero algún día lograré meter en unas páginas el Vélodrome d’Hiver con su luz que atravesaba capas y capas de humo, con la pista de madera y sus empinados virajes, y el zumbido de los tubulares sobre la madera cuando pasaban los ciclistas, y el esfuerzo y las tácticas y los corredores desviándose arriba o abajo en la pista, convertidos en una parte de sus máquinas. Lograré meter la impresión fantástica del medio fondo, el ruido de las motos de los entrenadores con sus rodillos, y los entrenadores con sus pesados cascos y sus teatrales trajes de cuero, que se inclinaban hacia atrás para proteger a los ciclistas de la resistencia del aire, y los ciclistas con sus cascos ligeros que se pegaban a los manillares, sus piernas que hacían girar a gran velocidad los pedales, y las pequeñas ruedas delanteras se pegaban al rodillo de la moto tras la cual se abrigaba el ciclista, y los duelos en que se alcanzaba el colmo de la excitación, con el petardeo de las motos y con los ciclistas corriendo codo a codo y rueda a rueda, arriba por el peralte y lanzándose abajo y dando vueltas a una velocidad como para matarse, y de pronto un hombre que no podía sostener la velocidad y se descomponía, y se le veía chocar brutalmente contra la sólida muralla de aire de la que hasta entonces había estado separado».
Dónde encontrarlo: https://prepa.unimatehuala.edu.mx/pluginfile.php/7362/mod_glossary/attachment/308/Paris%20era%20una%20fiesta%20-%20Ernest%20Hemingway.pdf
#7. La decadencia de occidente (tomo II)

Autor: Oswald Spengler.
Año de publicación: 1918.
Pasaje representativo: «La prensa es hoy un ejército, con armas distintas, cuidadosamente organizadas; los periodistas son los oficiales; los lectores son los soldados. Pero sucede aquí lo mismo que en todo ejército: el soldado obedece ciegamente y los cambios de objetivo y de plan de operaciones se verifican sin su conocimiento. El lector no sabe nada de lo que sucede y no ha de saber tampoco el papel que él representa (…). Puede la prensa condenar a muerte una «verdad»; bástale con no comunicarla al mundo. Es esta una formidable censura del silencio, tanto más poderosa cuanto que la masa servil de los lectores de periódicos no nota su existencia (…). En lugar de la hoguera aparece ahora el gran silencio. La dictadura de los Jefes de partido se apoya sobre la dictadura de la prensa. Por medio del dinero se pretende arrebatar a la esfera enemiga enjambres de lectores y pueblos enteros, para reducirlos al propio alimento intelectual. El lector se entera de lo que debe saber y una voluntad superior informa la imagen de su mundo. Ya no hace falta obligar a los súbditos al servicio de las armas, como hacían los príncipes de la época barroca. Ahora se fustigan sus espíritus con artículos, telegramas, ilustraciones (…). Este es el final de la democracia (…). Ya hoy el poder se muda de casa y de los Parlamentos se traslada a círculos privados; igualmente las elecciones se convierten en una comedia. Lo mismo para nosotros que en la antigua Roma. El dinero organiza la cosa en función de los que lo tienen, y las elecciones se tornan un juego preparado que se pone en escena como si fuera la autonomía del pueblo. Y si primordialmente toda elección era una revolución en formas legales, esta forma ya se ha agotado y no queda más que “elegir«. Por el dinero la democracia se anula a sí misma, después que el dinero ha anulado el espíritu».
Dónde encontrarlo: https://www.arsvitalis.es/wp-content/uploads/2020/01/Spengler-La-decadencia-de-occidente-TOMO-II.pdf
#6. El club de la pelea

Autor: Chuck Palahniuk.
Año de publicación: 1996.
Pasaje representativo: «La primera regla del Club de la pelea es: nadie habla sobre el Club de la pelea. La segunda regla del Club de la pelea es: NADIE habla sobre el Club de la pelea. La tercera regla es: la lucha termina cuando uno de los contendientes grita «alto», pierde la vertical o hace una señal. La cuarta regla: sólo dos personas por pelea. La quinta regla: sólo una pelea a la vez. La sexta regla: se pelea sin camisa y sin zapatos. La séptima regla: cada pelea dura lo que tiene que durar. La octava y última regla: si ésta es tu primera noche en el Club de la pelea, entonces tienes que pelear».
Dónde encontrarlo: https://radiorama.com.ar/jugueterabiosobar.com.ar/biblioteca_rabiosa/El-Club-de-La-Pelea-Chuck-Palahniuk.pdf
#5. Plataforma

Autor: Michel Houellebecq.
Año de publicación: 2001.
Pasaje representativo: «Cada vez que oía que un terrorista palestino, un niño palestino o una mujer palestina embarazada habían sido asesinados en Gaza, me estremecía de entusiasmo pensando que había un musulmán menos».
Dónde encontrarlo: En cualquier librería de la zona.
#4. La aventura de un fotógrafo en La Plata

Autor: Adolfo Bioy Casares.
Año de publicación: 1985.
Pasaje representativo: «Se dijo que nunca, nada le gustó tanto. Si le prometían otro momento así, no iba a preocuparse por las consecuencias y los disgustos que trajera. ¿A quién se le hubiera ocurrido que al día de llegar se pasearía por toda La Plata con una chica lindísima y a la noche tendría amores con otra, no menos linda, casada y, por si fuera poco, madre de dos hijos, instruida y joven? No se cambiaba por nadie».
Dónde encontrarlo: En cualquier librería de la zona.
#3. La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades

Autor: Anónimo.
Año de publicación: 1554.
Pasaje representativo: «Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando el daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como solía; estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que agora tenía tiempo de tomar de mí venganza, y con toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, le dejó caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada de esto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima. Fue tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy día me quedé».
Dónde encontrarlo: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-vida-de-lazarillo-de-tormes-y-de-sus-fortunas-y-adversidades–0/html/
#2. La muerte del Rey Arturo

Autor: Anónimo.
Año de publicación: 1230.
Pasaje representativo: «Lanzarote, del mismo modo que se había mantenido casto por consejo del anciano al que se confesó cuando estaba en la búsqueda del Santo Grial, y renegó de la reina Ginebra, tal como ha contado la historia más arriba; del mismo modo, tan pronto como llegó a la corte, no tardó más de un mes en enamorarse de nuevo y arder tanto como nunca hasta entonces, con lo que vino a caer en pecado con la reina, tal y como ocurrió en otro tiempo. Y si antes había mantenido este pecado tan astuta y ocultamente que nadie se había dado cuenta, después lo llevó de forma tan descuidada que se apercibió Agravaín, hermano de Galván, que nunca le había profesado un claro afecto y que le acechaba en sus errores; de tal forma lo seguía, que supo de manera cierta cómo Lanzarote amaba a la reina con loco amor y la reina le correspondía. La reina era tan bella que todo el mundo se admiraba, pues incluso en aquel tiempo, en que fácilmente tenía ya la edad de cincuenta años, era mujer tan bella que de ninguna forma se le podía encontrar semejante en el resto del mundo y, porque nunca le faltó la belleza, dijeron algunos caballeros que era la fuente de todas las bellezas».
Dónde encontrarlo: En alguna librería cheta, porque en las otras sólo está la versión de Thomas Malory.
#1. Nocturno de Chile

Autor: Roberto Bolaño.
Año de publicación: 2000.
Pasaje representativo: «Ahora me muero, pero tengo muchas cosas que decir todavía. Estaba en paz conmigo mismo. Mudo y en paz. Pero de improviso surgieron las cosas. Ese joven envejecido es el culpable. Yo estaba en paz. Ahora no estoy en paz. Hay que aclarar algunos puntos. Así que me apoyaré en un codo y levantaré la cabeza, mi noble cabeza temblorosa, y rebuscaré en el rincón de los recuerdos aquellos actos que me justifican y que por lo tanto desdicen las infamias que el joven envejecido ha esparcido en mi descrédito en una sola noche relampagueante».
Dónde encontrarlo: En cualquier librería de la zona.
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