Apología del voto virgo: informe de estudio electoral


{ADVERTENCIA: EL SIGUIENTE MEMORANDO ES UN INTENTO DE ENTENDER POR QUÉ LAS PREFERENCIAS POLÍTICAS DE LOS JÓVENES ENTRE 16 Y 25 AÑOS ESTÁN AL DÍA DE HOY TAN POLARIZADAS. LOS PONGO EN AVISO: EL AUTOR DEL MISMO ES UN INDIVIDUO VIRGO, RACISTA, CLASISTA, FACISTA, MISÓGINO, XENÓFOBO, GORDÓFOBO, HOMÓFOBO, TRANSFÓBO, LESBÓFOBO, ODIA LOS DERECHOS HUMANOS Y NO CREE EN EL CALENTAMIENTO GLOBAL}.

Como bien sabemos todos, en política el lenguaje duro suele incomodar a la gente. Bueno…, al menos eso es lo que nos quieren hacer creer, incluso cuando aquellos candidatos que mayor popularidad tienen son justamente esos que se expresan de forma franca y sin miramientos, a veces hasta apelando al insulto soez. “¿Qué es en el fondo un socialista?”, se pregunta Javier Milei durante una entrevista en radio RCN de Colombia; “es una basura, un excremento humano”, se responde a sí mismo, no dejando lugar alguno para sutilezas. La frase es en realidad más larga, y vendría a ser algo así como el momento apoteósico de una de sus ya típicas arengas prolibertarias. Aunque claro, no faltará ahora quien me diga que lo que está haciendo el próximo presidente de Argentina tiene y poco nada que ver con el espíritu real de dicha ideología y demás etcéteras. Pero a mí no me interesa entrar en esa discusión, incluso cuando las palabras del candidato minarquista podrían interpretarse de forma caritativa (es decir: dentro del marco de su alocución, Milei estaría haciendo una distinción filosófica entre los principios del liberalismo y el socialismo; por supuesto, con un estilo agresivo y descalificador, pero una disquisición que bien vista va más allá del insulto gratuito). Yo quiero hablar de la llamada “grieta” y de por qué discursos como los de Milei resultan tan atractivos y por qué en algún momento van a tener un efecto rebote en la provincia uruguaya.

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Sobre las llamadas “pasiones tristes” y una breve introducción al voto “virgo”

Hace poco leía en la revista digital Seúl una muy interesante reseña de Generación idiota, el último libro del politólogo argentino Agustín Laje. Digo interesante no por el contenido de la misma –con el cual en parte discrepo–, sino por lo impecablemente bien escrita que estaba. La conclusión que saco de ella es que al autor –Gonzalo Garcés– no parece haberle gustado demasiado el libro. Desde su lugar de editor ve en él unas cuantas fallas estructurales, además de cierto “desorden argumentativo” –por llamarlo de alguna manera. Y si bien aplaude el diagnóstico de Laje y su erudición al momento de citar autores y explayarse en sus planteos, no está tan de acuerdo con el despliegue retórico del argentino, el cual etiqueta con el rótulo de «pasiones tristes». Obviamente al utilizar dicho epíteto Garcés está haciendo referencia a emociones como la «indignación, el resentimiento, el desprecio», estados anímicos de los que al parecer Laje y los demás representantes de la Nueva Derecha se valdrían casi que exclusivamente para sumar adeptos entre los jóvenes.

Algo que encuentro refrescante e intelectualmente honesto en Garcés, es que además de no caer en el término despectivo «ultraderecha», reconoce que la política tiene un sustento emocional, y que no es censurable que un dirigente se valga de él a la hora de elaborar su discurso. La comparación que traza entre el autor argentino y Jordan Peterson no sé si es la más adecuada, ya que en ningún momento Laje se propone orientar la vida de sus lectores a través de reglas o consejos; Generación idiota no es 12 reglas para la vida, aunque sí es cierto que el público al que están dirigidos ambos libros puede llegar a confundirse. Y acá vale la pena que me explaye un poco más, pues como bien señala Garcés, tanto los simpatizantes de Laje como los de Peterson son frecuentemente denostados mediante el apelativo de «virgos»o «incels», haciendo alusión a su supuesto escaso éxito sexual, además de su evidente talante conservador. Encima, como si fuese poco, según la ensayista Pola Oloixarac, el candidato favorito de estos jóvenes –Javier Milei– tendría «terror» a las relaciones sexuales, cosa que explicaría en parte algunos de sus exabruptos y declaraciones más excéntricas.

No sé cuánto habrá de verdad en esto –¿Acaso hay números o estudios que avalen la hipótesis de que una parte importante de la juventud argentina padece de celibato involuntario? ¿El famoso CONICET ha investigado algo al respecto?–, pero como todos los estereotipos en mi opinión guardan algo de cierto, voy a otorgarles el beneficio de la duda.

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Una breve introducción al voto “peppa”

De acuerdo con una búsqueda rápida en Google, en Argentina hay un total de 46 millones de habitantes, de los cuales un 48% se identifican como católicos. Huelga decir que en el catolicismo la castidad es un concepto central, un concepto que pone coto a la sexualidad de sus practicantes, la cual se ve circunscrita a una relación monogámica estrictamente encuadrada dentro del ámbito matrimonial. Esto es algo que al parecer incomoda a los sectores más progresistas del conurbano porteño, ya que según ellos dichas convenciones morales atrasarían el reloj cien años, y hoy día es imperativo que el sexo se disfrute sin ningún tipo de tabúes ni de complejos.
¿Pero…, cómo? ¿Qué me venís ahora con esa forma anticuada de pensar las relaciones entre hombres y mujeres? ¿En qué época vivís, machirulo? ¿No te enteraste que ahora las chicas queremos ser todas unas «putitas golosas» (así se titula uno de los libros de temática feminista más vendidos en la vecina orilla), sacarnos fotos en culo y convertirnos en auténticas emprendedoras del OnlyFans?¿Ser mamás? ¿Pasar más tiempo en casa que con las amigxs? ¡Puaj! ¿Para qué voy a hacer eso si ahora estoy empoderada y puedo recibirme de psicóloga o licenciada en letras por la UBA?

La foto: Correo enviado a un estudiante de psicología. No, definitivamente no existe adoctrinamiento en la Udelar.

De nuevo: no sé cuánto hay de verdad y cuánto hay de exageración en este diagnóstico. Tampoco podría afirmar con seguridad que –como se asevera desde los grandes medios de comunicación– el sufragio religioso o conservador esté detrás del éxito de candidatos como Milei o Bolsonaro. Aunque sí es cierto que cada vez más los votantes empiezan a movilizarse impulsados por estas agendas. El aborto, por ejemplo, es un tema que en Estados Unidos ya es desequilibrante a la hora de sumar o perder votos. Varios analistas sostienen que incluso fue uno de los motivos que explicaría el pobre desempeño de los republicanos durante las elecciones de medio mandato de 2022 (por si no están enterados, los republicanos son contrarios a él, lo cual provocó que un importante caudal de votantes de izquierda concurriese a las urnas y terminase socavando el fenómeno de la “ola roja”). Todo esto me lleva a pensar que la tan temida grieta va a aumentar, y su ensanchamiento va a producirse sobre todo por estas cuestiones.

Pronto el voto “virgo” y el voto “peppa” se convertirán en caudales electorales claves al momento de decidir los destinos de la nación.

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Apología del votante virgo (y un identikit de la votante peppa)

Tamara, el que da limosna es porque SE IDENTIFICA con la persona necesitada, porque en algún lugar de su cabeza está él mismo como persona necesitada. De la misma manera que el que escribe sobre «GENTE ROTA» es porque así se ve a sí mismo, por lo menos en algún aspecto. Es como el que siempre ante cualquier hecho «defiende al débil» (…). Esto no es malo ni bueno. Es normal. ¡Pero tenés que empezar a pensar en remontarlo! Al salir de la adolescencia ya la gente lo va resolviendo, va dejando de lado… Voy a decirlo directamente: va dejando de lado LA NEGACIÓN A COMPETIR, y va asumiendo que la competencia es la norma en la naturaleza y en la sociedad. Un gran choque de las gurisas de tu edad es el tener que competir, las gurisas se niegan a competir, ojo, que pareciera que sobran gurisas que encima se regalan, y seguramente por el cuadro un poco depresivo que mostrás, normal, vas a caer en relaciones lésbicas como refugio, hasta que juntes fuerzas para encarar la REALIDAD. ¡Cuidado Tamara! CUBAGUAY es una SOCIEDAD ENFERMA, donde la INNOVACIÓN, el PROGRESO y la COMPETENCIA son malas palabras. Terminada la adolescencia te espera UN INFIERNO COMPETITIVO, pero a la vez UN EDÉN DE OPORTUNIDADES, COSAS, FENÓMENOS Y ACONTECIMIENTOS ALUCINANTES, por los que vale la pena vivir.

Facundo Duarte, uno de los comentaristas más lúcidos y vehementes del foro de noticias Montevideo Portal, esbozó hace días una semblanza casi perfecta de la joven posmouruguaya de principios de siglo. Ojo, yo no conozco personalmente a Tamara (la chica a la que hace alusión el comentario). Según Duarte, es una gurisa que escribe sobre «gente rota», que estudia una carrera del área social y artística en la Udelar y que, por lo tanto, asumo refrenda gran parte del ideario de la Nueva Izquierda. Sin embargo, aclaro desde ya que aquí lo que me interesa no es bardearla ni descalificarla, sino servirme de ella y del comentario de Duarte como de una lupa, para así poder aproximarme a un fenómeno en alza aunque, desafortunadamente, aún no muy estudiado por nuestros politólogos; hablo por supuesto del hasta ahora desconocido voto “peppa”, un tema complejo y el cual abordaré con la máxima de las imparcialidades.

Empecemos.

Si por voto “virgo” entendemos a todos esos gurises heterosexuales de entre 16 y 25 años que eyaculan sólo con oír a Milei gritar: «¡ZURDOS HIJOS DE PUTA TIEMBLEN, LA LIBERTAD AVANZA!», el voto “peppa” sería por contraste todas esas gurisas del mismo rango etario que adoran ir a Starbucks y dedicar una nada despreciable cantidad de horas a su cuenta de Instagram. Su perfil psicológico responde al modelo de mujer tipo de revistas femeninas como GQ y Elle; su consumo cultural está mayormente orientado al cine live-action de Disney, a la música bailable, a géneros como el pop, el rap y el trap (las entertainers favoritas de estas jóvenes son, en orden de idolatría: Taylor Swift, Lali Espósito, Tini Stoessel y María Becerra); su ideario político tiende a reducirse a lemas y eslóganes de fácil repetición (aunque es sabido que si la ocasión lo requiere, las más sofisticadas de ellas son capaces de citar de memoria los 140 caracteres de un tweet canchero y sobrador).

Si la vida sexual de un votante virgo está signada por la escasez y la frustración, la votante peppa, en cambio, parecería poseer cierto margen de elección afectiva –cuando no de abundancia–, aunque ella aducirá que esto no le supone una ventaja, sino todo lo contrario, y acto seguido se lanzará en un largo monólogo acerca de la ineptitud emocional de los hombres, además de achacarles una supuesta obsesión con el ejercicio del poder. Es importante recalcar siempre que la votante peppa va a terapia, pues de acuerdo con ella esto es un signo irrefutable de madurez emocional, y no (como se pensaba antes, en épocas más civilizadas) el síntoma de que no tendría todos los patitos ordenados en línea. Más adelante la votante peppa egresará de carreras como psicología o ciencias sociales y continuará asistiendo asiduamente (por el resto de su vida) a costosas sesiones de psicoterapia, aunque esta vez lo hará en calidad de persona farmacodependiente. Dolor, tristeza, despecho, animadversión, son sólo algunos de los sentimientos que con frecuencia se atribuyen al votante virgo promedio, aunque curiosamente también pueden identificarse en la votante peppa.

Debo admitir que durante mi periplo universitario conocí a varias de estas gurisas. Es notable cómo la mayoría de ellas empiezan siendo ingenuas y simpáticas hasta que, un día, conforme se suceden los semestres, una transformación evidente comienza a hacer mella en ellas. De pronto, el estilo de vida urbano, el rampante adoctrinamiento de estos ámbitos supuestamente formativos, la frívola y descuidada promiscuidad con la pareja de Tinder, termina por volverlas seres disfuncionales, problemáticos, farmacodependientes, IRRECONOCIBLES; y así es como chiquilinas de veinticinco años que en épocas más civilizadas estaban a un paso de convertirse en mujeres hechas y derechas, hoy terminan atrapadas en una suerte de adolescencia eterna.

La foto: Rodrigo Arim: ¡¡¡DEGENERADO, NO TOQUÉS A MIS HIJAS!!!

Yo le advierto, caballero, si Ud. está pensando en mandar a su hija a una carrera del área social y artística en la Udelar, le aconsejo seriamente que reflexione al respecto. Rodrigo Arim, esa especie de fiolo extraordinaire de la foto, va a terminar haciendo con ellas y su bolsillo algo penoso.

La foto: Chica antes y después de ir a la Universidad #1.
La foto: Chica antes y después de ir a la Universidad #2.
La foto: Chica antes y después de ir a la Universidad #3.

Ahora bien, ante este panorama el votante virgo promedio no está mucho mejor parado que digamos…

Creo que hay una especie de homosexualidad latente en todos los varones que vamos a la FIC.” Me confirmó hace poco un estudiante virgo matriculado en dicha facultad. “Yo estoy en un grupo reducido de varones de la vieja escuela, y no tenemos miedo en hacer chistes del bananero y esas cosas”, siguió explicando en su declaración. “Una vez dije «pija» enfrente de un tipo y me miró con cara de horror. Y luego se fue con una mirada de asco tremenda (…). Se siente una impotencia muy fuerte en estas generaciones.”

Estas impresiones fueron corroboradas a su vez por otros tres votantes virgos (uno de psicología, otro de ciencias sociales y uno que está a punto recibirse de licenciado en la FIC), quienes igualmente afirmaron sentir en sus respectivos centros de estudio un grado de malestar e incomodidad notable, aunque no supieron manifestarlo de forma tan elocuente como el primero de ellos.

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Conclusiones del informe virgo

Por lo expuesto anteriormente, no sería errado decir que el envenenamiento que se ha producido durante los últimos años en todo lo que concierne a las relaciones entre hombres y mujeres (especialmente en ámbitos educativos y de clase media, clase media-alta) está empezando a manifestarse en términos electorales. No me extrañaría que dentro de unos cinco o seis años la variable «sexo» comenzara a ser crucial y explicativa en la descarnada batalla por el poder político. Y si bien no es del todo correcto afirmar que la victoria de Javier Milei en la vecina orilla sería causa exclusiva de un creciente resentimiento hacia ideologías progresistas (tales como el feminismo y los discursos de género), sí es cierto que hay un malestar y una insatisfacción importante de gran parte de la juventud hacia ellas. Pero esto es algo que corre en ambas direcciones, pues, como vimos antes en el caso de los comicios de medio mandato en USA, el voto peppa ha demostrado ser un caudal electoral TEMIBLE, sumamente bien organizado y persuasivo, que por si fuese poco cuenta además con el respaldo unánime del mundo académico y los grandes medios de comunicación (sin ir más lejos, tanto “The Economist” como “The Washington Post” le han declarado la guerra a Javier Milei). Pese a ello, todo me indica que a largo plazo el voto virgo se impondrá sobre las minorías y también sobre el voto peppa. Dentro de cuarenta o cincuenta años Uruguay y Argentina pasarán a convertirse en naciones musulmanas y los infieles serán apedreados y quemados en la Plaza Independencia.

Insha’Allah, hermanos, insha’Allah.

Felipe Villamayor.

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Una respuesta a “Apología del voto virgo: informe de estudio electoral”

  1. Muy bueno; es este tema tu especialidad, lo que hacés mejor y de forma original. Yo diría en una frase chabacana pero no exenta de verdad, que las minas se han vuelto unas putas y los varones unos putos, fruto de la revolución sexual, el feminismo y el progresismo, entre otros. Es absolutamente lamentable. Una sociedad sana precisa mujeres femeninas y varones masculinos. No prostitutas y maricones. Un abrazo.

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